domingo, 28 de octubre de 2012

Una de tantas letras muertas

                                                                 Alma mía


Junco, mécete al viento,
Seca tus ramas al sol
Vierte en mi toda pasión
Y yo abonare en ti sentimiento


Ayuda a superarme
Yo te enseñare mi alma
Y me sentare fiel a tu lado
Allí donde nunca amanece


Crece a mi lado mientras yo
Viejo y decrépito, miraré
Como lo bello surge
De tu alma hacia la mía


Mírame, yo te sentiré
Mientras tú te ruborizas
Soñaré con tu sonrisa
Mientras tú sigas conmigo


No son palabras de un poeta
Son mi alma expuesta
En simples rimas puercas
Que nunca nadie oirá.


"Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro." Octavio Paz 

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